boletín 1020

Involucramiento y tipos de videos en MOOC

Abril 10, 2023218

En los últimos tres años las métricas para evaluar los MOOC se han alejado del desempeño académico y la retención, muy usados en la educación presencial, para inclinarse más hacia el involucramiento de estudiantes, quienes consideran que los videos son herramientas instruccionales poderosas. Hay investigación de Hu y su equipo en 2020 que señala que los participantes confieren valor a la esfera íntima, personal y única que se construye al ver los videos. Además, se considera que los videos pueden promover el involucramiento social.

En el pasado los videos para estudiantes universitarios se han clasificado en con o sin gráficos, dibujados a mano, de narración sobre las diapositivas de una presentación, con infografías y con transcripciones. Sin embrago, se han detectado diferencias en cómo los perciben los universitarios en contraste con los participantes en MOOC, quienes son muy sensibles a su longitud. Estas conclusiones pueden no ser útiles fuera del entorno universitario, en tanto que en él típicamente los videos constituyen recursos de formación de carácter suplementario, mientras que en los MOOC representan su estructura básica.

En general las tipologías de videos presentadas en el pasado difieren mucho entre sí. Hay las que solo incluyen dos categorías y otras llegan a 18. Las diferencias se basan en el racional usado (resultados de aprendizaje, propósitos educativos) y en los contextos (por ejemplo, streaming o podcast). Además, en la revisión de la literatura se pueden encontrar dos tendencias en las clasificaciones: categorías diferentes o traslapadas y, más recientemente, a lo largo de un continuo. Al analizar estas tipologías, se puede observar que en ocasiones varias categorías pueden referirse a solo una: es el caso de “video-podcast basado en exposición”, “exposición”, “aula” y “exposición en el aula”. Podemos ver que todas se refieren a los videos grabados en el salón de clase real. Usar diferentes nombres puede resultar confuso al realizar una investigación al respecto. Lo mismo sucede con categorías que son muy específicas (como “captura en tableta estilo Kahn” o “captura en tableta estilo Udacity” que se refieren a instructores que dibujan contenido en un dispositivo). Otras taxonomías ignoran elementos importantes (como la animación).

En las taxonomías basadas en un continuo, se establecen ejes que van de una categoría a otra (como la propuesta de Santos Espino en 2016 con videos basados en el locutor hasta videos basados en una pizarra o superficie donde se coloca el contenido). Por su parte, Chorianopoulos en 2018 establece dos dimensiones: personificación humana y media instruccional (que permite cruces múltiples, como diapositivas con persona en medium shot -comúnmente llamada cabeza parlante).

Debido a que puede haber diferencias entre participantes (por ejemplo, hay quienes ven todos los videos pero no procesan su contenido activamente y hay quienes ven solo algunos pero se involucran en discusiones significativas y ricas sobre los contenidos), el equipo de investigación de este artículo utilizó cuatro medidas para evaluar el involucramiento del estudiante a partir de dos ejes: personificación humana y medios instruccionales, cada uno de los cuales va de lo físico a lo digital. En ese sentido, el cruce de ambos ejes aporta un punto “balanceado” entre la presencia humana y el uso de los medios.

El involucramiento del aprendiz se conceptualiza en este estudio como un constructo multidimensional que incluye involucramiento conductual, cognitivo, emocional y social.

Desde 2014 Guo y su equipo habían comprobado que los videos de MOOC que alternaban entre cabeza parlante y diapositivas llevaban al participante a quedarse viendo más videos que si solo se presentaban diapositivas o código. En ese estudio se usaron los proxys tiempo de involucramiento y entrega de tareas, a los que se les asocia con el involucramiento conductual.

En la investigación de Dang que reseñamos se aplicó una encuesta a personas de una universidad que ha aportado más de 60 cursos MOOC a la plataforma edX. Se buscaba a personas que hubieran tomado un MOOC con videos en los pasados 12 meses. La muestra resultante fue de 1,372 respondientes de edades y etnicidades diversas. Se usó la taxonomía de Santos- Espino con tres tipos de videos: centrados en el instructor (quien está en pantalla la mayor parte del tiempo y donde hay poco contenido multimedia), centrados en el medio (con poca o ninguna presencia humana) y balanceados.

Al hacer el análisis se observó que los diferentes tipos de video no generaron efectos significativos en el involucramiento conductual que se midió a través de tres indicadores: estudiar el MOOC de forma regular, registrar notas mientras el participante toma el curso y repasarlas al prepararse para la evaluación. Por otra parte, los videos centrados en medios se asocian a mayor involucramiento social, en particular en MOOC de humanidades y artes, computación, ciencia y matemáticas y ciencias naturales. Por su parte, los videos balanceados se asociaron a mayor involucramiento cognitivo y emocional pero solo en las áreas de cómputo, ingeniería y matemáticas. Finalmente, los videos centrados en el instructor no parecen tener ventajas en ningún tipo de involucramiento al compararlos con los balanceados o los centrados en media.

Deng, R. (2024). Effects of video styles on learner engagement in MOOCs. Technology, Pedagogy and Education 33(1). https://doi.org/10.1080/1475939X.2023.2246981.